martes, 10 de febrero de 2009

Confeción ...

De inmediato,sentí una gran simpatía. Para explicarte lo que sentí,te diré que fue como si tu corazón,hasta entonces desconocido, se introdujese en mi pecho,dispuesto a instalarse en élpara siempre, y el mío se fuese alojar en tu pecho.Te amé desde ese instante. Sí, ahora creo que todo ocurrió aquella tarde de dulce recuerdo: el alba del amor humano iluminó la helada noche de mialma . Desde entonces, oír o ver tu nombre me provoca unestremecimientoa la vez placentero y ansioso. Durante años,mislabios no han podido pronunciar tu nombre pero mi alma ha bebido en él, con ávida sed, y en todo lo que me recordaba a ti. La más mínima referencia a ti despertaba en mí un sexto sentido y me sumergía en una rara mezcla de miedo, éxtasis, felicidad y delirioque me producía un inexplicable sentimiento que sólo puedo definir como amor .

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